La respiración, el infinito movimiento, que mantiene la vida se sostiene en el corazón. No solo en el corazón físico...
Cuando practicamos los mudras se generan en nuestras manos unas corrientes energéticas entre los polos de los distintos dedos. El dedo pulgar relacionado con el elemento fuego y mi boca, aquello de lo que me nutro. Con mi seguridad y protección, poder personal, voluntad y responsabilidad.