La respiración, el infinito movimiento, que mantiene la vida se sostiene en el corazón. No solo en el corazón físico...
La verdadera sanación, de todo lo que no nos permite disfrutar de la vida, está en nosotros. Pero para encontrarla, ¡hay que conocernos! Presentemos a nosotros mismos, ya que no nos han presentado. Ahora, si queremos, ¡podemos! T enemos toda la información a nuestro alcance. Información interior, si nos permitimos sentir, e información exterior, para ir comprobando, experimentando y viviendo lo que se mueve en nuestro interior y que podemos acompañar para nuestro beneficio.