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Los mudras y las alas

Cuando practicamos los mudras se generan en nuestras manos unas corrientes energéticas entre los polos de los distintos dedos.

  • El dedo pulgar relacionado con el elemento fuego y mi boca, aquello de lo que me nutro. Con mi seguridad y protección, poder personal, voluntad y responsabilidad.
  • El dedo índice relacionado con el elemento aire y con mi nariz, aquello que huelo. Con mi autoridad y sumisión, críticas y juicios de los demás.
  • El dedo corazón relacionado con el elemento éter y con mi piel, lo que quiero o rechazo. Con mi sexualidad, mi creatividad y confianza, mi vida interior.
  • El dedo anularrelacionado con el elemento tierra y con mis ojos, lo que veo e interpreto. Con mis relaciones, compromisos y alianzas, mis proyectos.
  • El dedo meñique relacionado con el elemento agua y con mis oídos, aquello que oigo. Con mis miedos y traiciones, mi intuición, mi independencia.

Corrientes de energía que se almacenan en las muñecas. Una vez allí, cuando hay suficiente potencial energético se abren las muñecas y permiten que las corrientes energéticas empiecen a transitar hacia los codos y lleguen a los hombros.

En los hombros se detienen por un instante y se dejan deslizar hacia los omoplatos en donde encuentran un profundo surco y se depositan en él hasta llenarlo completamente.

Una vez lleno, empieza un movimiento en espiral, como en las plantas y los árboles, para configurar unas preciosas alas, a menudo invisibles para la mayoría de las personas.

Alas, que una vez construidas y sólidas nos elevan en el horizonte para poder tener otra comprensión de las experiencias.

Desde ese otro lugar todo se percibe y se siente distinto. Más calmado, más armónico, más ordenado.

Nuestros brazos y manos son similares a las alas de los pájaros. Ejercitarlos para crear, construir, abrazar, sanar… nos beneficia a todos.

Posted in: Amor y Luz

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