La respiración, el infinito movimiento, que mantiene la vida se sostiene en el corazón. No solo en el corazón físico...
A veces la Luz es tan intensa que nos es difícil poder ver claro, pero en la medida en que confiamos y nos acostumbramos a Ella es una Luz que nos facilita la visión, una visión lucida de todo lo que ocurre en nosotros en primer lugar, pero también en todo lo que ocurre en el entorno.