La respiración, el infinito movimiento, que mantiene la vida se sostiene en el corazón. No solo en el corazón físico...
Desde el campo de energía que mantiene unidas las partículas en el núcleo del átomo se emiten, a cada respiración, vibraciones que transportan información a las partículas que orbitan a su alrededor y éstas recorren todo el espacio hasta que encuentran los receptores que se acoplan a las vibraciones. Es entonces que descargan la información precisa para que pueda mantenerse la vida, transportan la energía amorosa que se manifiesta en Luz, cuando está en movimiento.