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Sanación

La verdadera sanación, de todo lo que no nos permite disfrutar de la vida, está en nosotros.

Pero para encontrarla, ¡hay que conocernos! Presentemos a nosotros mismos, ya que no nos han presentado. Ahora, si queremos, ¡podemos!

Tenemos toda la información a nuestro alcance. Información interior, si nos permitimos sentir, e información exterior, para ir comprobando, experimentando y viviendo lo que se mueve en nuestro interior y que podemos acompañar para nuestro beneficio.

Desde esta perspectiva, sólo nos queda empezar por bendecir cada momento. Bendición que necesita de apertura y confianza.

Si conocemos cómo estamos hechos. Cómo y para qué hemos sido creados, nos enfocamos en aquella parte del cuerpo físico que reclama nuestra atención e investigamos. Seguro que allí, está la primera pista para deshacer la madeja enredada que hemos tejido con los pensamientos y, junto con ellos, con las emociones.

A menudo nos sorprende estar donde estamos, porque no sabemos cómo hemos llegado. Teniendo el hilo, poco a poco, para no hacer más nudos, comprenderme.

A menudo no creemos lo que hay en nuestra mente, saltando de información a información, sin un argumento que la cohesione. La dispersión nos enferma, nos hace borrosos. La concentración nos facilita unificarnos y fortalecernos.

A menudo vemos mejor en los demás lo para que les ocurran ciertas cosas, pero nos es difícil verlo en nosotros mismos. Es necesario que giremos el periscopio, y no tengamos miedo de mirar, todo tiene solución, aunque no siempre la que nosotros queremos.

Sanación significa curarse de la locura. Locura en la que estamos inmersos, más veces de las que somos conscientes de ello.

Posted in: Amor y Luz

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